El obispo de la diócesis de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, presidió la misa de Domingo de Ramos. De esa manera se dio apertura oficial a la Semana Santa con la tradicional bendición de palmas y la recordación de la entrada de Jesús a Jerusalén en el santuario de Caacupé. Durante su homilía exhortó a los presentes a valorar la voz de los jóvenes, ya que antes ni siquiera se los escuchaba.
Recordó que hay muchas maneras de silenciar a los jóvenes. “Hay muchas formas de anestesiarlos y adormecerlos para que no hagan ruido, para que no se pregunten y no se cuestionen sobre lo que ocurre a nuestro alrededor.
“Hay muchas formas de tranquilizarlos, para que no se involucren, para que no se comprometan y así sus sueños pierden vuelo, y se vuelven ensoñaciones, vanas, pequeñas, tristes y frustrados. Así están muchos de nuestros jóvenes hoy en día”, dijo el obispo.
Señaló que la respuesta de Jesús para aquellos que callan, es que gritarán las piedras. “Queridos jóvenes, en ustedes está la decisión de gritar. En ustedes está el decidirse por el Hosanna, el que viene en nombre del Señor hoy domingo, para no caer en aquel, ¡crucifícalo, crucifícalo!, del día Viernes Santo, está en ustedes no quedarse callados”.
No olvidar a Jesús
“Es su cruz hemos sido salvados para que nadie apague la alegría del evangelio. Mirad la cruz, eso es dejarse interpelar en nuestras prioridades, opciones y acciones. Es dejar de cuestionar nuestra sensibilidad ante un momento de dificultad, sufrimiento o dolor”, expresó.
Presentación teatral en Caacupé
En la jornada dominical también se pudo apreciar la emotiva presentación teatral de la Academia Nacional de Policía, el Colegio de Policía Merlo Sarabia, el Grupo Crisma y estudiantes de la escuela Daniel Escurra quienes presentaron pasajes de la Pasión de Nuestro Señor Jesús.
Estuvieron presentes feligreses de Ciudad del Este, Itapúa, Mariano Roque Alonso, Luque, Nueva Italia, Ñemby y Fernando de la Mora. El acompañamiento musical estuvo a cargo del coro permanente de la basílica.