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Djokovic pierde batalla judicial y será expulsado de Australia

El tenista serbio Novak Djokovic perdió este domingo su último intento judicial para permanecer en Australia.

Djokovic perdió este domingo su último intento judicial para permanecer en Australia y poder defender su título en el primer gran torneo de la temporada después de que un tribunal autorizara la cancelación de su visado y su deportación por no estar vacunado.

Tres jueces del Tribunal Federal Australiano avalaron hoy por unanimidad la legalidad de la decisión del Gobierno de Australia de revocar el visado del tenista y rechazaron el recurso presentado por la defensa de Djokovic, tras una vista virtual que fue retransmitida en directo en YouTube.

El deportista balcánico, que no está vacunado contra la covid-19 y por ello vulnera las leyes de entrada implementadas por el país austral contra la pandemia, tenía previsto salir de Australia a las 22.30 hora local (11.30 GMT) en un vuelo de la areolínea Emirates con destino a Dubai, según los medios locales.

Djokovic – que quería conquistar su décimo título en el Abierto de Australia y convertirse en el tenista más galardonado del mundo con 21 Grand Slams, además corre el riesgo de que se le prohíba la entrada al país durante tres años.

Al conocer el fallo, el número uno del mundo expresó, a través de un comunicado, estar «profundamente decepcionado» por la cancelación de su visado y pidió un tiempo para «descansar y recuperarse» antes de hacer nuevos comentarios, aunque dijo que respecta» la decisión de la justicia australiana.

El serbio tenía previsto debutar este lunes en la pista central Rod Laver Arena, escenario que le vio coronar el «major aussie» hasta en nueve ocasiones, frente a su compatriota Miomir Kecmanovic, pero tras la decisión judicial la organización del evento tendrá que sustituir al actual tenista número uno de la ATP.

SACRIFICIO DE LOS AUSTRALIANOS

La llegada la semana pasada de Djokovic a Melbourne, con una exención médica por no estar vacunado, generó una ola de indignación y puso en el centro del debate la vacunación contra la covid-19 en el país oceánico, justo en el momento en que estallaba una crisis por un incremento astronómico de los contagios.

El primer ministro australiano, Scott Morrison, recalcó este domingo al celebrar la decisión judicial que la cancelación del visado «se adoptó por motivos de salud, seguridad y mantenimiento del orden, sobre la base de que era de interés público».

Morrison, que se enfrenta este año a unas elecciones, también reconoció el «sacrificio de los australianos» durante la pandemia y se hizo eco de la opinión pública del país, donde un 70 por ciento se oponía a que Djokovic se quedara en el país, según las encuestas.

Con un 92 por ciento de la población diana vacunada y la campaña para inocular la dosis de refuerzo, los australianos intentan dejar atrás los duros confinamientos y cierres de fronteras que se aplicaron por unos 19 meses para minimizar el impacto de la covid-19 en la salud de sus 25 millones de pobladores y la economía del país.

ICONO DE LOS ANTIVACUNAS

Precisamente, el argumento del abogado del gobierno durante la vista de hoy fue que Djokovic, a quien calificó de un «icono de los antivacunas», tiene «una historia reciente» de haber ignorado las medidas impuestas por la covid-19.

«Incluso cuando estaba infectado fue a una entrevista y sesión fotográfica que incluyó quitarse la mascarilla», dijo Stephen Lloyd, al referirse a la admisión de Djokovic de que acudió a una entrevista con el medio francés L’Equipe en Belgrado el 18 de diciembre sabiendo que tenía covid-19.

El abogado insistió en que Djokovic podría «alentar a la gente a emularlo» en la violación de las medidas contra el virus.

“Sus conexiones con la causa, lo quiera o no, aún están presentes y su presencia en Australia supone un riesgo abrumador», precisó el representante del Gobierno.

El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, dijo hoy tras la decisión judicial que Djokovic ha sido maltratado en una «caza de brujas» que se pareció a un espectáculo de estilo «orwelliano».

El periplo australiano de Djokovic, convertido en un circo mediático y político, comenzó el pasado 5 de enero cuando viajó a Melbourne con una exención médica por no estar vacunado, al haber estado contagiado de la covid-19 recientemente.

A su llegada las autoridades de Inmigración le cancelaron el visado y lo detuvieron hasta su liberación el pasado lunes por una orden judicial al considerar que no fue tratado con «equidad», aunque ayer fue detenido nuevamente a raíz de un nuevo intento del Gobierno para deportarlo.

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