Una comitiva interinstitucional acudió a una vivienda en el barrio Virgen de Caacupé de Pedro Juan Caballero tras una denuncia de supuesto maltrato infantil al Fono Ayuda 147. La denuncia acusaba a la madre, una abogada, de descuidar y maltratar a sus tres hijos, uno de ellos con TEA. A pesar de la renuencia inicial de la madre, la comitiva logró finalmente realizar la inspección a los menores.
La comitiva estuvo integrada por personal de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, el Ministerio Público, la Policía Nacional y la CODENI (Consejería Municipal por los Derechos del Niño), quienes acudieron juntos debido a que el caso ya registraba varios antecedentes de denuncias previas contra la madre. La Dra. Leticia Sosa, de la Defensoría, confirmó que la abogada denunciada por supuesto descuido se negó inicialmente a cooperar con el procedimiento, impidiendo la realización de evaluaciones psicológicas y físicas a los menores.
A pesar de la resistencia de la madre, el doctor César González, médico forense, pudo realizar la inspección médica a los tres niños. Fabiano Saavedra ratificó la conclusión: «Los niños se encuentran en buen estado de salud, así que no hay mucho que agregar. No pudimos detectarlo», afirmó. Sosa también indicó que, si bien la madre tiene «cierto comportamiento» y no permite ser evaluada, no se pudo constatar ningún tipo de maltrato en el momento de la intervención.
Sosa agregó que, durante el procedimiento, notó una marca en el ojo de uno de los niños, aunque el médico forense dictaminó que podría tratarse de una caída. Por su parte, Saavedra corroboró que había un «arañazo» que fue atribuido a una caída. Además de la negativa a cooperar, se observó que la madre estaba «ofuscada» y daba indicaciones al niño mayor, que es «muy inteligente», para hablar «como un adulto» sobre la situación, alegó la defensora pública.
El procedimiento fue levantado, sin que se requiriera el traslado de los menores a un centro asistencial ni fueran separados de su madre, debido a que las inspecciones médicas no arrojaron evidencia de maltrato físico. El caso, que involucra a un niño con autismo, sigue bajo la lupa de las instituciones, que coordinaron el trabajo para unir fuerzas ante la complejidad de los antecedentes.
Las identidades de los menores y de su madre se omiten en cumplimiento del artículo 29 del Código de la Niñez y la Adolescencia, que prohíbe la publicación de datos que permitan identificar a los niños en situación de vulnerabilidad.
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