La madre de Alexei Navalny, casi rendida de dolor y rabia por la muerte de su hijo en prisión, viajó hasta la cárcel de Jarp en el círculo ártico para obtener respuestas sobre las causas de su fallecimiento y reclamar la entrega del cadáver. Sin embargo, su visita resultó infructuosa, ya que la prisión informó que la muerte de Navalny fue a causa de un «síndrome de muerte súbita», una enfermedad que no aparece en los listados forenses de causas de muerte, y además remitió a la madre a una morgue local que se encontraba cerrada y cuyos trabajadores alegaban no saber nada del cuerpo del disidente más famoso de Rusia.
Mientras tanto, en Rusia, los ciudadanos homenajeaban a Navalny como podían, a pesar de la represión por parte de las autoridades. La policía detuvo a 359 personas en manifestaciones en todo el país, y a pesar de los intentos de vaciar los lugares de recuerdo, nuevos homenajes seguían apareciendo en diversas ciudades.
El equipo de Navalny exigió que su cuerpo fuera entregado a su familia de manera inmediata, pero las autoridades rusas informaron a la familia que el cadáver no sería entregado hasta que se completaran las investigaciones. Este procedimiento permite a las autoridades retener el cuerpo del político a sus familiares durante 30 días, pero los plazos podrían alargarse debido al tipo de investigación que se está llevando a cabo.
Navalny, de 47 años, falleció en cuestión de minutos tras caer inconsciente durante un paseo por la colonia penitenciaria ‘Lobo Polar’ de Jarp, donde cumplía una condena de tres décadas. Su cadáver contiene las únicas pistas para esclarecer su muerte, pero según la portavoz de Navalny, Kira Yarmysh, las autoridades rusas están mintiendo y haciendo todo lo posible para no entregar el cuerpo.
En un mensaje en vídeo, Yarmysh acusó al presidente de Rusia, Vladimir Putin, de matar a Navalny, haciendo referencia al envenenamiento de Navalny con un agente nervioso en 2020 y afirmando que ayer lo asesinó. Las autoridades penitenciarias informaron que las causas de la muerte de Navalny estaban «siendo aclaradas», y que se ha iniciado una «verificación procesal» de su fallecimiento, mientras que aún se desconoce la causa de su muerte.
Un empleado de la única morgue de Salejard confirmó que el cuerpo de Navalny no había llegado allí, y otro abogado de Navalny visitó la sede del Comité de Investigación de Salekhard, donde le informaron que se realizó un nuevo examen histológico y que aún se desconoce la causa de su muerte. Dentro del sistema, incluso algunos funcionarios han presentado solicitudes para realizar investigaciones sobre su muerte, sospechando de negligencia en el trabajo de la prisión.
REDADA A LAS FLORES
Los homenajes a Navalny en forma de flores y velas colocadas en la capital fueron retirados en su mayoría durante la noche en bolsas negras. A pesar de esto, la gente sigue llevando flores y fotos en recuerdo del opositor, a pesar de los intentos del régimen por destruir los altares urbanos que han aparecido en diferentes ciudades de Rusia. En Moscú, los agentes vestidos de civil recogieron los ramos y fotografías colocadas en el suelo en el puente donde mataron al opositor Boris Nemtsov en 2015, así como las flores de otro monumento a Navalny en el centro de la capital rusa, en la Piedra Solovetsky.
Vladimir Putin, que ha gobernado Rusia durante 24 años, busca extender su mandato por otros seis años en las elecciones programadas para el próximo mes. Sus rivales en la carrera electoral son impopulares y no critican su gobierno ni la represión. Navalny pagó con su vida por haber desafiado al presidente, y el resto de los disidentes han acabado en prisión o asesinados en los últimos años.
Desde el exilio, cientos de activistas anti-Kremlin han clamado contra el «último crimen del putinismo». Muchos de ellos continúan luchando desde el extranjero, pero recientemente el parlamento ruso aprobó un proyecto de ley que permite a las autoridades confiscar los bienes de personas condenadas por desacreditar al ejército ruso, imponiendo así el silencio a partir de ahora.