La empresa a cargo del servicio de ambulancia que auxilió a Vita Aranda confirmó que no la intubaron y culpó a los familiares de actuar con prepotencia contra los paramédicos.
Elvio Varela, gerente del servicio de ambulancias que movilizó a Cristina Aranda tras la balacera en el festival Ja’umina en San Bernardino, indicó que hace cinco años vienen trabajando con la empresa G5pro y que para el evento del domingo contaban con tres unidades de ambulancias, de las cuales dos eran de soporte avanzado y una de alta complejidad. En esta última auxiliaron a Vita Aranda, según detalló.
Durante la entrevista con radio Monumental, confirmó que la mujer no fue intubada y culpó a los familiares por supuestamente entorpecer el trabajo de los paramédicos. “No se llegó a intubar por cuestiones de que ellos (los familiares) estaban encima de nosotros”, señaló.
El representante de la empresa Servicio de Ambulancia y Emergencia (SAE) aseguró que la unidad sí tenía un equipo de intubación, el cual se llegó a bajar a pedido del cardiólogo Rubén Servián, médico del Olimpia, quien estuvo participando del festival e intentó reanimar a la mujer. Dijo que existen fotografías y videos de que el aparato fue bajado. Sostuvo además que ya no lo volvieron a alzar a la ambulancia porque se habría perdido entre la dispersión de la multitud que estaba en el sitio.
“El hermano y el doctor Servián tomaron nuestra ambulancia, pidió el equipo de intubación, nosotros bajamos de la unidad y lo llevamos al sitio donde ocurrió. Pero no se le llegó a intubar por cuestión de que ellos (familiares) estaban encima de nosotros. No se pudo por la presión del hermano de la víctima. Mandaron mudar la ambulancia del lugar donde estaba. La prepotencia y la forma en que se dirigían al personal de blanco fue impresionante”, sostuvo.
Defendió que el personal sí estaba capacitado y que una licenciada en emergencias médicas estaba en la unidad, pero resaltó que tres familiares subieron a la ambulancia y coparon todo el espacio, por lo que el médico de la empresa no pudo acompañarlos durante el traslado al Hospital de Itauguá.
También dijo que la ambulancia se enfrentó al terrible tráfico de esa noche. “No es que era un taxi con sirenas, como dicen los familiares”, agregó.
“No es que queremos culpar a nadie, lo que queremos es dar a conocimiento de que no se pudo realizar este tipo de procedimientos (la intubación), ya que ellos estaban encima de nosotros, no se pudo por la presión, por la prepotencia. La presión era impresionante, inclusive recibimos amenazas constantes del familiar. Le gritaban al conductor y al paramédico, en forma prepotente”, argumentó.
Fuente: Diario Hoy