Las negociaciones terminaron, pero todavía falta la autorización de cada país. Francia e Italia se anticiparon a rechazar. Productores paraguayos miran con cautela. Peña busca atraer inversiones.
Las negociaciones concluyeron ayer, tras 25 años durante la Cumbre en Montevideo, entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y los mandatarios de Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, y próximamente Bolivia, bloque del Mercosur.
Sin embargo, queda un largo tramo de revisión antes de la firma, ya que el acuerdo debe ser refrendado por todas las partes, y ya anticiparon su rechazo Francia e Italia.
El documento deberá ser ratificado por el Parlamento Europeo y también por los cuatro Congresos del Mercosur, además de Bolivia.
Peña igualmente celebró el avance y calificó al hecho como una oportunidad del Paraguay para atraer inversiones, que son el objetivo principal del mandatario en su visión de desarrollo y generación de empleo.
La UE y el bloque regional apuntan a la creación de la mayor zona de libre comercio en el mundo, y buscan sostener una alternativa en un momento histórico en que se reforzaron las políticas proteccionistas de Estados Unidos y China.
La importancia comercial radica en que Europa podrá aprovechar un mercado de 268 millones de personas en Sudamérica. Mientras que el bloque del Mercosur impartirá su producción a 450 millones de habitantes, principalmente del rubro de alimentos.
Por este motivo, tanto Emmanuel Macron como Giorgia Meloni consideran el acuerdo una competencia desleal para sus productores. El impulso de las negociaciones, por tanto, se deben a España y Alemania junto con Brasil.
El sector productivo en Paraguay analiza el acuerdo con cautela, aunque sus posiciones contrarias del principio se fueron aliviando porque se anticipó la posibilidad de cupos para la producción nacional y la industria, lo que implicaría grandes ventajas.
El Gobierno de Peña fue durante este proceso el más reticente a firmar el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea por las condiciones medioambientales que molestaban al sector productivo, pero finalmente tuvo que plegarse ante las presiones tanto de Bruselas –que vio en la debilidad de Francia, principal oponente, una oportunidad– como también de Lula Da Silva, a quien el presidente sigue en su política exterior.
Complicaciones. El trabajo de autorización podría durar al menos seis meses, entre las revisiones legales y las traducciones. En el caso de Europa, la Comisión Europea presentará el acuerdo ante el Parlamento Europeo. Para su aprobación se necesita la mayoría (55% de Estados que sumen al menos el 65% de la población), y luego el Consejo debe ratificar.
En el caso del Mercosur, solo se necesita que cada Congreso lo apruebe para adherirse al acuerdo; si un país lo rechaza, no afecta la participación de los demás. Se suman a medida que se autorice.
Detalles del acuerdo
Aranceles. Habrá una reducción de aranceles para un mercado de más de 700 millones de personas. Se eliminan aranceles para los vehículos eléctricos a lo largo de un periodo de 18 años, y se incluye un mecanismo que permite suspender por tres años y de forma extraordinaria la reducción de aranceles.
Medioambiente. En el capítulo sobre Comercio y Desarrollo Sustentable se incluye que los países firmantes cooperen para la implementación de tratados internacionales de combate al cambio climático, como el Acuerdo de París.
Ajustes. El Mercosur logró ajustes a su favor. Se excluyen de la liberalización las compras realizadas por el sector público de salud y preservan la posibilidad de comprar productos tecnológicos de la región para incentivar este sector.
Fuente: Ultima Hora.